El España-Turquía de este martes en La Cartuja no tendrá ese aroma especial que tienen los encuentros en Sevilla. El estadio de La Cartuja no engancha y, además, los jugadores se encontrarán con un césped irregular debido a las lluvias de los últimos días en la capital hispalense.
La selección está virtualmente clasificada para el Mundial del 2026 de Estados Unidos, México y Canadá. Solo una derrota por siete goles ante los turcos lo evitaría. Por ello, la afición no se ha acabado de enganchar al partido.
La Federación ha vendido unas 30.000 entradas sobre un aforo de 70.000 del remodelado estadio, que actualmente es la casa del Betis hasta que terminen las obras del Benito Villamarín.
Con el arreón final, la RFEF confía en tener almenos media entrada y que los seguidores puedan disfrutar con una selección que está practicando un fútbol que raya la perfección. La Roja es líder de grupo con 19 goles a favor y ninguno en contra.
Otro problema de diferente índole es el estado del terreno de juego de La Cartuja. El césped está muy irregular y las últimas lluvias no han ayudado. Los operarios están trabajando a fondo para dejarlo en las mejores condiciones, aunque con el paso de los minutos puede convertirse en pesado para los futbolistas.
Con el objetivo de que se dañara aún más, la selección se entrena este lunes en la ciudad deportiva del Sevilla, mientras que Turquía lo ha hecho en su propio país. Los de Vicenzo Montella solo pisarán el estadio para la rueda de prensa obligatoria en el recinto donde se disputa el encuentro.
La poca trascendencia del partido ha hecho daño a la selección, aunque hay algo tan grande para celebrar como es la clasificación para un Mundial.
